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El evento de raíces haitianas Eva Gaspar in memóriam tiene carácter
anual y se realiza en el municipio Primero de Enero desde el año 1999, sobre la
base del rescate de una tradición que tiene su origen en las fiestas de Santa
Teresa, patrona de la localidad.
La fallecida Eva Gaspar, destacada personalidad integrante fundacional del
grupo folclórico Nagó, dedicó en vida todos sus esfuerzos al rescate y
continuidad de la cultura haitiana, a partir de los asentamientos de naturales
de esa región de América, radicados en ese territorio durante el pasado siglo.
A las jornadas asisten las agrupaciones portadoras de la cultura haitiana y
otras de la provincia Santiago de Cuba como Barranca, Cabildo Cimarrón, Kokoyé,
Abureyé y Tiempo joven; las de la provincia Camaguey Caidige y Bonito Patuá; la Tumba francesa, de la
provincia de Guantánamo; Petit Dancé, de la provincia de Las Tunas; y Misterio
vodú, de la provincia Ciudad de La
Habana.
En representación de la provincia sede, Ciego de Ávila, los grupos músico-danzarios Okay, del
municipio Venezuela; La gran familia,
del municipio Ciro Redondo; Renacer haitiano, del municipio Morón; Laroye, del
municipio Bolivia; La Cinta ,
del municipio Baraguá; y Ban Lamé y agó, del municipio capital.
Las presentaciones se realizan en la tarima aledaña a la Casa de la Cultura Joseíto
Fernández; en la pista bailable del poblado Pedro Ballester y en el
asentamiento de Sabicú, sitio en el cual tiene lugar la ceremonia vodú.
Durante el encuentro se efectúa el festival de la canción en creole y un
coloquio con el tema central Tras las huellas, en el que se exponen investigaciones encaminadas al rescate de las
tradiciones haitianas en Cuba.
Como actividades colaterales hay exposiciones de artesanía, relacionadas
con la cultura haitiana y el arte culinario, en la Casa de la Cultura.
El domingo era un día especial. En la mañana había que ir caminando hasta
la iglesia y, por la tarde, acudíamos ante un señor llamado Rafael Dulier, que
tenía un poder, y se daba el culto.
Se hacían las fiestas de pascuas, los banquetes, y todo el mundo, hasta los
niños, sentados alrededor de la mesa. Eran colocados los platos típicos de
Haití, las ensaladas, los dulces.
El primero de enero, Día de la Independencia de Haití, todos los vecinos confeccionaban sopa de
calabaza. Aquello era muy hermoso porque todos comían en todas las casas que
visitaran.
La tradición muestra que eso era así porque durante la guerra de la
independencia los esclavos haitianos pasaron hambre debido a que no había mucha
comida. La calabaza fue su alimento por excelencia y gracias a ella
sobrevivieron.
Los haitianos con un poco de más conocimientos propusieron y lograron una
vez independientes que se celebrara este día con una sopa de calabaza con carne
y otros componentes.
Por eso es que, durante toda la noche anterior, se ponen a hervir los
huesos de res para que, desde bien temprano el primero de enero, se pueda ya
estar consumiendo la sopa de calabaza en todas las mesas de cada casa de
haitiano.
También ese día cada quien estrena su ropa nueva y visita con ellas puestas
a sus parientes y vecinos.
En los templos e iglesias se pasa toda la noche entonando canciones y
plegarias.
Al clarear el día comienzan los festejos, muy lindos, por la independencia
de Haití. En Cuba, por la conservación de nuestra cultura, siempre lo
celebramos tanto los haitianos autóctonos como sus descendientes.
También se hacían festejos en la Semana
Santa. En todas las casas de haitianos se disfrutaba del
dulce de frijoles caballero. Cada quien visitaba a los otros y consumían mucho
dulces. Mi abuela los hacía y servía a los visitantes en unos vasos.
Las comidas haitianas eran variadas. Estaba el fufú (quimbombó, mucha carne
y varias viandas), que no se masticaba sino que sólo se tragaba, comían mucho
frijol gandul, boniato, frijol caballero. Eran comidas parecidas a la cubana
Exposiciones de artesanía, coloquios y las actuaciones de grupos musicales
y danzarios cultivadores de la cultura haitiana en el país, caracterizan estas
jornadas.
Eva Gaspar, descendiente de
haitiana, fue una destacada promotora del rescate cultural de lo haitiano en
Cuba. Cofundadora del asentamiento Sabicú, al nordeste de la capital provincial, donde creó el grupo
Nagó con sus primeras presentaciones los días 14 y 15 de octubre de 1982.
El festival promueve el desarrollo de los conjuntos de danza que se
fundamentan en una tradición del baile haitiano y de la localidad donde están
enclavados, como depositarios de un saber y actuar por generaciones y
conservado por algunos descendientes del núcleo original.
Acuden agrupaciones portadores
tradicionales como Caidije, Bonito Patua, Pilón del Cauto, Barrancas, Okay, La
gran familia, el conjunto vocal
Desandann y Nagó como anfitrión.
La población del territorio
disfruta, además de la música y del baile,
de la degustación del arte culinario haitiano, ventas de libros
diversos, encuentro de Gagá, ceremonias de Vodú y ofertas de comidas y bebidas.
Los niños dispnen de un área de recreación con varios aparatos mecánicos.
Una gran jornada de homenaje y diversión no sólo en los enclaves de
concentración haitiana en Pedro Ballester, Ognara, Sabicú y el Consejo Popular
Pablo, sino para todos los residentes
del municipio Primero de Enero.
Momento especial se ha convertido para la muestra de la cultura haitiana
los festivales Wemilere, en Ciudad de La Habana , y la Fiesta del fuego, en Santiago de cuba.
Tanto en uno como en el otro acuden los grupos portadores y otros con los
valores de la cultura haitiana.
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